La vida en el siglo XX cambió de manera muy radical, de tal manera que la forma de pensar de la gente también cambió. Es importante mencionar que en ningún siglo ha habido tanto cambio. La vida cotidiana al comenzar el siglo XX era muy diferente que al comenzar el XIX.
Los cambios abarcaron desde la tecnología y la moda hasta la forma de pensar y relacionarse con los demás. Los tiempos han cambiado y las cosas se van transformando, los jóvenes de antes no son como los de ahora, ni los de ahora serán como los del futuro, cada cosa cambia y no es por aburrimiento o monotonía, sino es una necesidad social que vamos viviendo día con día.
Cuando mi madre habla de su época la percibo muy estricta cuando me cuenta que las reglas en las escuelas se tenían que cumplir, los jóvenes respetaban totalmente a los docentes y el tener un reporte era una de las peores cosas que podían pasarte en la vida, porque sabías que tener un reporte representaba una cintareada segura en tu casa o un castigo por meses; en cambio a los jóvenes de ahora no les preocupa un reporte, es un papel más que va a su expediente y no pasa nada; esto no quiere decir que todos sean así, sino que el ser rebeldes y cínicos se convirtió en un pasatiempo donde los populares luchan por ser así con los docentes, y el problema no radica solamente en las escuelas sino también en las casas.
Son muy diferentes las épocas, todo ha cambiado, por ejemplo, antes las mamás eran las que se encargaban de la casa y los papás iban a trabajar y buscar el dinero que se necesitaba para el sustento del hogar, hoy esto ha cambiado y no por gusto sino por necesidad, el peso se va devaluando, las cosas cuestan más caras y mamá tiene que encargarse de la economía de la casa al igual que el papá, eso es por el lado económico, pero también existe el lado profesional, donde cada vez son más el número de mujeres que estudia y busca más independencia y su realización en el campo laboral; también, en otros casos tenemos que ya no hay una existencia de padre y es la mamá la que tiene que hacerse cargo del hogar y de los hijos.
A todo lo anterior también se suma el surgimiento y uso de las nuevas tecnologías, como son el uso indiscriminado de las redes sociales. Si bien es cierto la tecnología llegó para mejorar la calidad de vida de todos, pero el mal uso de ella está causando ciertas consecuencias que suelen llevarnos a más y más problemáticas.
Siendo el mal uso de las nuevas tecnologías el tema que nos compete destaco que, se caracteriza por ser “sistemática”, un ejemplo la del método científico, “organizada” debido a que se lleva un control sobre esta, y por tener un “objetivo”; en este caso el mal uso de la tecnología tiene como fin obtener conocimientos y solucionar problemas sean científicos, filosóficos o empírico-técnicos, todo esto desarrollándose por un proceso.
Lo cierto es que son los más jóvenes los que quizá se adhieren más a estas nuevas tecnologías y probablemente sean quienes más riesgos deben enfrentar.
Para quienes nacieron en esta “era digital”, es casi imposible imaginarse sin un teléfono móvil en la mano (o en el bolso) e incluso sin una computadora que tenga conexión a Internet.
Pero, ¿cuál es el riesgo del uso de la tecnología? En principio, y como ocurre con otros aspectos de la vida, todos los excesos pueden ser malos. Más allá de esto, los peligros que recorren el ciberespacio hoy pueden ser muchos y variados, dependen del tipo de dispositivo y de cómo se usa.
El estar en contacto con estas nuevas tecnologías ha traído consecuencias desagradables para la sociedad, el mal uso del Internet, donde se pueden ver fácilmente por nografía, el sexting (mandar fotos desnudos), entre muchas otras cosas, ha provocado que en nuestra sociedad los jóvenes tengan hijos a una edad más temprana, por ejemplo. Y al estar mal informados los padres tienen el tabú y cree que el sexo es malo.
Hoy por hoy ser padres de adolescentes es una tarea complicada. Estas complicaciones aparecen con el surgimiento de la posmodernidad. Muchos padres sienten temor al saber que su hijo ha entrado en la adolescencia. La idea de que sus hijos comienzan a cambiar y ya no son niños, los desconcierta y los coloca en un lugar bastante inestable.
Es una época donde lastimosamente la figura del adulto ha perdido valor. Hoy no es raro ver que algunos adultos han adoptado también un comportamiento diferente a los adultos del periodo pasado; poco a poco se han ido dejando llevar por el mundo de la imagen y apropiándose de algunas costumbres de los adolescentes.
Nosotros como docentes y/o directivos debemos de planificar actividades recreativas extracurriculares, donde preferentemente el alumno pueda pasar más tiempo haciendo algo productivo que de ocio y sintiéndose bien con su actividad, debemos también de canalizar a los alumnos con ira, tristeza, frustración, etc., para poder trabajar de una manera diferente y que en un futuro logren cosas grandes en su vida.
Los miembros de una institución educativa deben realizar un trabajo colaborativo para tratar temas con los adolescentes como realizar mesas de debates, foros, documentales etc., que les ayude a tomar conciencia sobre actividades que les ayuden a llevar de la mejor manera la etapa de la adolescencia.
Los miembros de una institución educativa deben realizar un trabajo colaborativo para tratar temas con los adolescentes como realizar mesas de debates, foros, documentales etc., que les ayude a tomar conciencia sobre actividades que les ayuden a llevar de la mejor manera la etapa de la adolescencia.
Así mismo, involucrarnos lo más posible en lo que están viviendo día con día nuestros adolescentes y entender que los tiempos han cambiado, que el siglo XXI ha llegado y la vida es muy diferente a lo que era antes, que los niños de ahora nacen casi con el celular en la mano y que debemos reconocer que cada persona tiene habilidades y talentos diferentes que pueden utilizar a lo largo de su vida para cosas mejores.