|    El Poema:   Los paradigmas de las pesas y las dietas restrictivas   |

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03-07-2018

Los estereotipos sobre el ‘cuerpo ideal’ de una mujer que vemos hoy en día, son totalmente distintos a los de hace una década. Se creía que, para lograr un cuerpo tonificado, la mujer debía pasar horas ejercitándose cardiovascularmente, al tiempo que llevaba una dieta hipocalórica (muy baja en calorías). Pero ahora que conocemos más sobre el ejercicio anaeróbico en conjugación con el aérobico, si se hace énfasis en una alimentación abundante en nutrientes, la mujer puede mejorar su salud y lograr una transformación física satisfactoria.


La nutrición ideal

Cabe destacar que no existe ninguna ‘dieta milagrosa’, ‘dieta detox’ o alguna otra dieta popular que genere cambios extraordinarios en la composición corporal. Lo que sabemos actualmente con el avance de la ciencia y estudios recientes, es que lo que realmente funciona es mantener una alimentación densa en nutrientes, es decir, que contenga la cantidad necesaria de macronutrientes (proteínas, carbohidratos y lípidos), y que éstos se encuentren en su mayor biodisponibilidad posible. Con ello, es posible lograr un objetivo específico.

El ser humano está diseñado para digerir, metabolizar y absorber los vegetales,

legumbres, alimentos de origen animal, nueces, semillas, aceites vegetales de manera natural, sin aditivos ni conservadores, es por eso que debemos evitar el consumo de alimentos muy procesados. Nuestro organismo reacciona de manera distinta cuando lo engañamos con el uso de alimentos procesados, por ejemplo, de repostería o alimentos bajos en grasa, calorías o en azúcar, comida ‘chatarra’ en general, o el uso de edulcorantes (endulzantes artificiales), generando así un déficit de la ingesta de los nutrientes que sí son necesarios.

Se podría decir que, al consumir los alimentos antes mencionados, mantenemos a nuestro organismo desnutrido y en un estrés constante, y es cuando de pronto no sabemos por qué padece de glucosas elevadas, dislipidemias o sencillamente no logramos disminuir grasa corporal. Muchas mujeres atletas restringen el consumo de calorías provenientes de los lípidos (semillas, aguacate, aceites, aceitunas) para modificar la composición corporal, pero esta práctica nutricional a menudo es contraproducente (Volek, et al, 2006).

Todos los macronutrientes son indispensables para nuestro organismo, los lípidos participan en la síntesis de hormonas que se encargan de tantas funciones, que podríamos decir que son responsables tanto de aumentar como de bajar de peso.

Las proteínas nos ayudan a la formación de músculos, formación de neuronas y de todas las células que componen nuestro cuerpo; también son enzimas que se requieren para diversas funciones fisiológicas. Y finalmente, otro grupo de macromoléculas importantes, son los carbohidratos, que nos ayudan a la obtención de energía y a la formación de moléculas muy importantes en nuestro organismo.

No debemos sustituir un nutriente por otro, porque ninguno es perjudicial; lo ideal es consumir de todos los grupos alimenticios, siempre y cuando estén calculados adecuadamente para cada individuo y sus necesidades.

Las mujeres también podemos cargar cosas pesadas

El entrenamiento de fuerza provoca beneficios relacionados con el deporte y la salud, tanto para hombres como para mujeres (Volek, et al, 2006). Sin embargo, el entrenamiento de fuerza como levantar pesas, puede generar cierta controversia.

Siempre se ha considerado que las pesas son para hombres porque definitivamente es el enteramiento ideal para aumentar la masa muscular. Pero, ¿Por qué las mujeres tienen miedo de ello?, tal vez por el temor a aumentar la masa muscular de manera desproporcional. Pero esto no tiene fundamentos, ya que es imposible que una mujer logre un cuerpo masculino sin el uso de hormonas de crecimiento y testosterona. Fisiológicamente hablando, las mujeres generamos muy poco de estas hormonas, tan poco, que no podríamos lucir como hombre por el simple hecho de levantar pesas.

Entonces, ¿en que nos beneficia levantar pesas?, al momento de cargar cosas pesadas, nuestro cuerpo utiliza una gran cantidad de energía lo que genera un gasto calórico importante para poder realizar esta actividad, por lo que nuestro organismo tiene que recurrir a la utilización de la grasa corporal (lipolisis) para obtener más energía, además de mejorar la movilidad, fortalecer tejidos blandos como tendones y ligamentos.

Si combinamos esta sesión de ejercicio junto con otra de tipo aeróbico (correr, nadar, bicicleta) los beneficios serán más satisfactorios en cuanto a la reducción de peso, además en cuanto a su salud, el individuo se encontrará nutrido y saludable (Risco, et al, 2017).

Al realizar una actividad física como la mencionada anteriormente, podemos generar dudas, sobre qué se puede comer para lograr los objetivos. Bien, el punto es que la alimentación siempre debe ser acorde con la actividad física que se realice. Las recomendaciones siempre se deberán hacer de manera individualizada, pero nunca eliminar por completo ningún nutriente.

A fin de cuentas, nos gusta vernos y sentirnos bien, una alimentación con nutrientes necesarios y la realización de actividad física anaeróbica (pesas) conjugada con aeróbica (cardio), podrá mejorar la calidad de vida y ayudará a lograr los objetivos físicos.


Bibliografía

1) Lowery M. (2005). Dietary fat and sports nutrition: a primer. Journal of sports science and medice.3 (3), 116-117.

2) Risco, D. et al. (2017). Efectos del ejercicio aeróbico interválico, combinado con entrenamiento de fuerza y de la restricción calórica, sobre la composición corporal de ratas obesas. Revista Andaluza de Medicina del Deporte. (10), 3-8.

3) Volek J. et al. (2006). Nutritional aspects of women strenght athletes. Journal of sports science and medice. 40(9), 742-748.

*Colaboradora de Universidad Xochicalco.

Por: Brenda Martínez Brown*