|    El Poema:   Migrante   |

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03-05-2016
Aun cuando exiliado no seas te sentirás así:
lejos de tu patria acosado por el hambre,
adversidad acaso perseguido,
sujeto a la aventura, afán de progresar,
un fausto porvenir o en pos de asilo.

Conocerás otro estilo de vida,
alimentos extraños, personas y demás.
Allá quedó tu hogar, problemas o delitos.

Dondequiera que te encuentres
no hundas un clavo en la pared,
en el respaldo de una silla colocarás tu ropa**

Según las circunstancias, dormirás vestido
con temor a la migra estarás a salto de mata.

Andar por calles solitarias a oscuras;
cada puerta o zaguán representa
hostal, seguro te recibirán gustosos.

Encontrarás tal vez
rechazo o vejación a ti como persona,
amén de la vida perder camino allá,
sólo tus manos y el vigor de tu dorso
bajo tórrido sol
significan riqueza y bienestar al nuevo patrón.

Si la anhelada estancia,
con base a tu labor, todo sea idóneo
y decidas regresar a tu natal país,
medita si valió la pena el riesgo.

Si has adoptado una mascota,
no la lleves contigo, habrá quien la adopte.

Escucha hermano,
difiere la premura de a otro suelo partir.

Aguarda hermano,
confía en lo feraz de tu tierra
de lluvias plenas,
infinitas nubes acá esperan.
Serás feliz cuando el erial reviva
hermano.

A emigrar de tu mente excluye la fecha,
el sol y el aire ansiosos aguardan
a iniciar nuevo día de labranza
y ávida la tierra con regocijo augura
colocar tus manos en la azada.

Primero será el brote,
después vendrá la flor, el fruto,
la anhelada cosecha y así tendremos pan.

Por: José Joaquín Martínez Torres