|    Artículo:   No es más feliz quien más tiene, sino quien menos necesita   |

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08-01-2016
La felicidad es fundamental en nuestras vidas. Aunque no siempre podamos estar felices, se trata de que en nuestra vida predomine este sentimiento, aunque también podamos tener momentos impregnados de otros sentimientos como la tristeza, pero no de manera crónica ni estable.

Ser feliz no consiste en acumular dinero, riqueza, fama o posesiones. La idolatría a celebridades del mundo del fútbol, cine o televisión nos ha confundido a todos. Ya es hora de creerse que no es más feliz quien más tiene, sino quien menos necesita. Porque es verdad.

Cierto es que tener no impide ser feliz, pero en muchas ocasiones el ansia de poseer objetos, propiedades, cosas materiales, objetos, colecciones, en definitiva nos nubla la mente. Porque existe el gran peligro de entrar en la espiral del tener. Del tener y del querer, más bien, porque cuanto más tienes, más quieres.

Y no.
Ser feliz es mucho más sencillo. Se trata de no dejarse llevar. Ser consciente de que tener más cosas no te hace más feliz. Hoy en día nos crean muchas necesidades que en realidad no tenemos. Nos bombardean de información y peer pressure (presión grupal de la sociedad) en el que caemos fácil por ser competitivos y comparativos. Bajo el supuesto de que “si él puede/pudo, porqué yo no”.

Para ser felices, precisamos distinguir las cosas esenciales de las que no lo son. Y acumular, eso sí, cosas esenciales y si es posible coleccionarlas.

Nuestro deseo de tener más, tanto en el plano material como el emocional, es la principal fuente de todas nuestras preocupaciones y desesperanzas. Su máxima se basa en aprender a vivir con poco y aceptar todo aquello que nos brinda la vida en su momento. Ello nos llevará a una vida más equilibrada, reduciendo el estrés y muchísimas tensiones internas.

El hecho de desear más cosas a menudo solo indica falta de seguridad, que nos sentimos solos y necesitamos llenar esos vacíos. Sentirnos a gusto con nosotros mismos permite dejar atrás la necesidad de no tener que demostrar nada. Las posesiones no nos llevan a la felicidad. La felicidad es una actitud y por lo tanto es algo que se cultiva desde dentro.

La felicidad es tan importante para el ser humano como respirar. “La Felicidad no es hacer lo que uno quiere sino querer lo que uno hace”. Llevar una vida triste y apagada puede ser extremadamente duro. Este hecho hace que cualquier mal no solo sea mucho más duro de superar. Además, se quedará contigo, se enquistará y se hará cada vez más grande.

Por ello, la felicidad es fundamental en nuestras vidas. Aunque no siempre podamos estar felices, se trata de que en nuestra vida predomine este sentimiento, aunque también podamos tener momentos impregnados de otros sentimientos como la tristeza, pero no de manera crónica ni estable.

“La felicidad humana generalmente no se logra con grandes golpes de suerte, que pueden ocurrir pocas veces, sino con pequeñas cosas que ocurren todos los días”.
-Benjamin Franklin-

Una necesidad debe ser identificada y atendida acorde con las capacidades de endeudamiento de cada persona, la diferenciación de la necesidad dependerá de los gustos, las preferencias y la madurez de las personas.

No es más feliz quien más tiene, sino quien menos necesita es una frase legendaria que usan los padres y abuelos en su grado de madurez y plenitud para dar a entender que en múltiples ocasiones no sabemos atender una necesidad y después de afectar nuestra tranquilidad y seguridad financiera, nos damos cuenta que no valió la pena el esfuerzo o simplemente hubo un cambio en la economía y/o la tecnología.

Para cada necesidad se tienen un producto desarrollado, diseñado o servicio que apunta a satisfacerla. Mismo principio que bajo tecnologías actuales se potencializan y se hacen prácticas y busca convencer de que el producto se adquiera porque te hace feliz.

Vivimos momentos de cambio y de productos/servicios que ofrecen una diferenciación que apunta a las emociones, y a su vez, gestiona la voluntad de adquirirlo, de modificar tu necesidad sin importar el costo y afectando/desbalanceando tu economía con el único fin de adquirir un producto sin mucho alcance.

Aprende a diferenciar tus necesidades, a ajustarte a un presupuesto, a tener la madurez de modificar tu necesidad y preguntarte si realmente lo necesitas o es un capricho de la publicidad, tendencia de la moda, la tecnología y/o la sociedad.

Por: Mtro. Hember Monroy Bermúdez